Le debe tanto a mi pecho la vida injusta,
si canta el arrollo el jilguero
pronto abre las alas y se desnuda,
y a si en presencia de este marchito ceño
vuela hiriendo y enamorándome la vida.
Si le doy la espalda al mar
me apresa el eco,
si le beso la boca al eco
la sal me deja volando muerto
y si a la sal abandono a lo lejos
el horizonte canta la nostalgia
de los nuevos ciegos.
Le debe tanto a mi pecho la vida injusta
que caminar sobre los cristales rotos
del cielo ya no puedo,
que al mar en la noche al dolor
embarcar sobre el muelle de mi almohada debo
para no amanecer en la soledad
y el llorar de los náufragos nuevos.
- Autor: Alexander Jiménez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de agosto de 2013 a las 04:36
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Muy generosa la belleza de tu precioso y genial poema amigo Alexander Jímenez
Saludos de amistad
Críspulo
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