Siente la intensidad de los latidos míos.
Los bordes de mi alma están afilados,
listos para cortar los quiebres de tu espacio.
Detente, escucha los respiros de mi espíritu,
ansían pertenecer siempre firmes,
inmortales en un recuerdo, en un tiempo encerrado.
En el tiempo de las palabras, de las miradas tuyas.
Envenena una y otra vez mi piel,
porque el veneno después de todo es el antídoto.
- Autor: Marner (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de agosto de 2013 a las 23:14
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 37
Comentarios1
Interesante poema. 🙂
Gracias Frehyaa.
Éxito. 😉
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