Cristóbal Rozzo
Tu nombre es traicionera. Eres madre de mentiras.
Te vendes como manceba cuando eres asesina.
Cuando obtienes lo que quieres de repente te retiras.
No dejas rastro ni huellas. Con tu ausencia se termina.
No es que derrames sangre. Tampoco que tomes vidas.
Quiero que entiendas que al irte diste muerte a mi sentir.
Un consejo para darte: que si te vas te despidas.
Mas vale que me escucharas, pues no lo vuelvo a repetir.
Yo sé que hay consecuencias y que se tienen que aguantar,
Pero ¿quién puede culparme por entregar mi corazón?
Fue genuina mi intención y me podías rechazar.
No tenias que marcharte sin dejarme una razón.
Dime si es justo que pague, que pague yo por tu error.
Porque no fui yo quien se fue cuando dije qué sentía.
Tal vez alguna persona te cegó de ver mi dolor,
Dolor que jamás dejará que yo olvide ese día.
No es que no quiera olvidarlo, pues más que olvidarlo quiero.
Es que no me deja quieto tu recuerdo ni en los sueños.
Cuando pienso, en tu ausencia, pensarte buena prefiero.
Pero conozco la verdad: eres tú de muchos dueños.
Me creas o no me creas es cierto lo que te digo.
Y me molesta que pensé; pensé en ti como una dama.
Ya era tiempo de decirlo: de noche sueño contigo.
Aunque no nos acostamos tu llegaste a mi cama.
Quiera yo o no lo quiera pienso en ti día y noche.
Busqué como olvidarte. Encontré como y no debo.
Sé cómo puedo alejar de mi ser este derroche.
Pero es triste decir que, por tu culpa ahora bebo.
Es claro que no te olvido, pero quiero establecer
Que tengo un plan fabricado que he puesto ya en acción.
Sé que te aprovechaste. Lo tienes que reconocer.
Te insertaste en mi memoria porque sabes que es mi don.
Te describo pues este plan que es de suma importancia.
Consiste este en hallar a alguien interesante.
Una mujer delicada, de finura y elegancia,
Que posea cualidades de una diosa errante.
Escucha bien lo siguiente, pues a ti muy bien te atañe,
Y perdona mis palabras si crees que ofensa te hacen.
No será diosa como tú; será diosa que no engañe.
No hará que amor y paz, con odio y furia entrelacen.
Ella será mejor que tú. Será simplemente buena.
Pondrá en mí un incendio que apagará tu llama.
Me hará nuevos recuerdos y te borrará sin pena.
Será cien veces la mujer que nunca llegó a mi cama.
Aquello de hace tiempo para ti fue solo un juego.
Para mí fue vida o muerte y ahora siento que me muero.
Pero para tu desgracia mi sueño es más que tu ego.
Ella será la sanación de aquel tiro certero.
¿Has atendido a mi razón? Ya es hora de entender.
Encontrar a esa diosa ahora será mi empeño.
¿Que no sabes de qué hablo? ¿Que no existe tal mujer?
Si la encuentro será mía. Esa mujer es mi sueño.
- Autor: Lobo Blanco (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de agosto de 2013 a las 19:13
- Categoría: Carta
- Lecturas: 114
- Usuarios favoritos de este poema: jairodelacroix
Comentarios2
Me gustó!!
Hehe gracias!
El sueno nunca muere. Muy profunda y bellas carta mi amigo.
Un saludo.
Muchas gracias Jairo!
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