A mí me gusta estar loco,
rematadamente loco,
porque amo a quien no me ama,
y sueño con ella lo imposible
y mi corazón pierde el juicio si la veo,
y mientras late y late
comienza mi cabeza a hilar disparates,
y para eso, juro que no hay remedio,
pues soy un rayo sin bridas
o un trueno sin frenos.
No renuncio ¡ no ! a que ella, tan cuerda,
tan horriblemente cuerda,
se mire un día en el agua clara de un estanque
y se vuelva tan loca como yo
cuando admiro su belleza,
y que no sepa por dónde corre el almanaque,
que salte tras de mí y que me ataque
con los dientes afilados de su amor.
Me gusta estar loco,
confundir mi espejo con sus labios
mi almohada con su cuerpo,
mi cama con su cama,
y pensar que cuando abrazo una farola
la abrazo a toda ella en pijama
bajo el caligrama de una estrella.
Me gusta tenderme sobre la hierba
mirando cara al cielo
y ver su rostro en cada nube,
me gusta más que pisar el suelo
ir dejando mis huellas por el aire.
Me gusta ir gritando a viva voz
su nombre por las calles,
escribirle poemas en la arena de las playas,
y empujar el mar contra las rocas
para que sus olas no los borren.
Me gusta dibujar un boca a boca
en la pared de un hueco,
pintar entrelazados corazones
en las alas del viento,
me gusta quedarme sin razones
mientras sueño despierto,
me gusta aguardar a sus ciclones
con el pecho muy abierto.
Me dicen muchos cuerdos
que he perdido la cabeza,
que haría bien en visitar un psiquiatra,
pero ¿ que sabrá el psiquiatra
del fuego que corre por mis venas
o del volcán activo de mi pecho ?
Prefiero escuchar el lenguaje de los pájaros
o el colorido idioma de las flores
que matar mis sueños con los fármacos.
No me importa lo que opinen los señores
que no saben expresarse cuando aman,
que no saben si besan por amor
o por una triste rutina cotidiana.
Me gusta sacarle el genio a una lámpara,
me gusta cabalgar en torbellinos,
me gusta ir a cuestas de sus ráfagas
en busca de gigantes y molinos.
Me encanta hablar con los duendes de los bosques,
con las hadas de los ríos,
me chifla darle al verso un buen estoque,
montar en las escobas de las brujas,
pinchar la nube oscura con agujas,
y perder sin darme cuenta los estribos.
Soy un loco, un gran loco
que busca a Dios en la palabra,
que no le importa llorar cuando lo miran
porque cuando de verdad el hombre ama
no le importa lo que piensen o que digan,
no le importa si llueve o si escampa,
lo único que me importa es mantener la llama siempre viva
del amor: esa gran locura de mi alma
y que es, a la vez, la única cordura de mi vida.
- Autor: FRANCISCO DE NERVAL (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de agosto de 2013 a las 09:57
- Categoría: Amor
- Lecturas: 148
- Usuarios favoritos de este poema: Alejandrina, MI MAPA DEL MUNDO, El Hombre de la Rosa, rosi12, Editorial
Comentarios3
no le importa si llueve o si escampa,
lo único que me importa es mantener la llama siempre viva
del amor... Continùa con tu locura poeta...una hermosa locura de amor... Saludos..
Hermoso poema de amor ha escrito tu genial pluma amigo Ivan Rueda
Saludos de amistad y de afecto
Críspulo desde España
Locura de amor, locura de mi alma
y que es, a la vez, la única cordura de mi vida
Siga viviendo con esta locura al final lo importante es que esta llena de Amor.
Saluditos loooocos, Uriana!!!!
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