Me cansé, pero me acostumbré.
A vivir absorto, alejado de todo,
un simple pasajero, un espectador en el
circo de lo lejano y alienado.
Ahora solo existo, ahora solo floto como gas liviano
en el aire, sin importancia o reconocimiento profano.
Purgatorio infinito de quien se cansa de vivir la vida,
pero aún debe cumplir la condena.
Miro en el espejo el ejemplo vivo de lo que odio, de lo
que me hastía. Miro hacia atrás, nada ni nadie me sigue,
miro adelante y brumoso, en neblinas grises estan mis
ojos rojos, rojos de cansancio avezados a esta soledad
que como el horizonte se extiende através de mi quebrada humanidad.
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Autor:
Roma Otreum (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 17 de agosto de 2013 a las 00:21
- Categoría: Triste
- Lecturas: 37
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Offline)
Comentarios3
Genial bello y hermoso tu preciado poema amigo
Saludos y amistad
Críspulo
Reflejas con dureza la soledad más absoluta. Buena reflexión. Un saludo.
Bien. la costumbre ayuda!!
Saludos
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