Ilusiones, mescladas con deseos, sin tiempo de duración, ilusiones que son nuestro querer ser algo distinto, oh tener lo que siempre anhelamos.
Ilusiones hechas derrota, incapacidad, como hormigas que piensan hacer cosquillas a un elefante.
Mientras luchamos por tenerlas, todo es fantasías alegre y esperanzas, polvorín en nuestro sentir.
Pasa el tiempo y felices somos victoriosos, pues pensamos que conseguimos lo que queríamos y así unos tiempos vivimos, apartados de lo que está a nuestro alrededor. Engaño, como vela que se gasta, acaba por apagarse.
Peor se queda, mas vacíos, des iludidos y sin culpa de nadie, quedamos sin rumbo, a gastados,. Es cuando queremos empezar a tener otras ilusiones, deseos, cambios en nuestro vivir. Así somos, por mucho que nieguen, nunca estamos satisfechos. Sin pensar llevamos otros junto, a quien hacemos sufrir y quizá seamos su ilusión.
Cuando lastimados, por otros, hasta el exhaustivo, pagan los que tanto batallamos para tenerlos junto a nosotros.
Somos injustos, crueles, pero por la boca sale el dolor del corazón. Como piedras lanzadas ya no las podemos parar y así herimos, porque estamos doloridos, a quien no debemos. Lo sé, intentar no hacerlo es batalla perdida, cuando vivimos para allá de ser uno más entre tantos que no sienten e nos llaman, románticos, soñadores, oh mismo locos.
Como un tornado, somos llevados, sin quererlo, a otros sitios que pocas mentalidades, consiguen alcanzar.
No tenemos más inteligencia, solo un corazón enorme e un deseo hambriento de elevación para allá del vivir por vivir.
En medio de metal frío, hormigón ceniza, en que estamos, somos un arco iris de mil colores, que solo nosotros vemos.
Lo pasamos mal, tremendo este mal estar, este nudo invisible que nos corta la voluntad de vivir, tremendo el querer e no poder.
De chistes solo no quiero reír, pero de alegría, carcajadas melodiosas, por poder decir lo que en realidad soy. Amar muchas cosas, principalmente amarme y poder estar en paz, con lo que me hace falta. Confianza en la ternura de otro corazón.
Por hacer el camino de Santiago dan un diploma, por hacer el mío, nada he recibido, solo desilusión y falta de comprensión.
Por montes e valles anduve, bajo lluvia y sol intenso, piel grietada por el viento helado y no he llegado a parte alguna. ¿Será que un día llegaré? ¿Y los que son como yo? Solo pasado el tiempo lo sabremos, solo deseo que no sea tarde demás.
Con el corazón pido perdón si he lastimado a quien no debía. Tampoco perdono a quien me ha empujado, con maldad para este vivir sin quererlo. Si quieren desgastarme y que desista, no lo conseguirán. Mi dueño es Dios, me ha prestado mi vida, la viviré como deseo. En sueños, deseos, ilusiones, mismo que me llamen lo peor.
Oporto, 15 de Agosto de 2013
Carminha Nieves
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