Un milenio ha, mi niña, me envolviste
En tu traje de amor
Y desde entonces en mi vida existe
La luz de tu fulgor
Que siembra de esperanzas sumergidas
En mi alocada mente
Para encontrar las voces escondidas
En mirífica fuente
Y gritar con alborozo ¡Oh, albricias!
A mi covacha fría
Ha llegado el calor en tus caricias
Y en tu dulce alegría.
- Autor: rodulfogonzalez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de agosto de 2013 a las 10:50
- Categoría: Amor
- Lecturas: 61
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