Porque la brisa hace ligera a la nube
porque el camino es cauce para la corriente
porque es la mejilla del quebranto la vertiente
porque el ánfora roja alimenta desde su vientre
¡la lágrima... nace y fenece luego!
porque la pupila no traiciona ni miente
porque la felicidad humeda se nos amontona
porque la ternura desde un vistazo pregona
porque la gota que cae hierve y se eleva
¡la lágrima... nace y fenece luego!
porque la pena en la garganta se aglomera
porque por bellos cristales el alma vocifera
porque es la llegada de la doliente espera
porque frágiles y humanos nos prueba
¡la lágrima... nace y fenece luego!
porque ella brota al fallecer los amores
porque renueva cual el rocio a las flores
porque es el alfa del ahogado llanto
porque florece al vencer el quebranto
¡la lágrima... nace y fenece luego!
porque es amante del viento y el fuego
porque es desgarro, reacción, acto reflejo
porque es del alma la forma y el reflejo
porque es la horma del derrumbado ego
¡la lágrima... nace y fenece luego!
Por: David Caceres
Managua, Nicaragua
- Autor: David Enrique Gómez Cáceres ( Offline)
- Publicado: 21 de agosto de 2013 a las 16:07
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Cuando se escribe con pasión las letras bordan el poema sobre el papel... amigo David Enrique Gómez Cáceres
Saludo y amistad
Críspulo
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