Quedó la casa desierta
Altares de altas campanadas.
arañando los rincones del alma,
templo de puertas cerradas,
donde duermen mis sueños,
en el espeso follaje de la nada.
En un rincón de oscuras aguas,
donde se plegaron las alas,
murieron los colores,
y se me escapó el alma.
Entre piedras sin rumbo,
bajo cascadas sin agua,
van buscando mis ojos ciegos,
un blanco capullo ,
mientras las espinas me asaltan
y de la rosa, nada.
Con el canto en mis pies,
con la música guardada,
esperando la luz,
soñando,
con una nueva alborada.
En copa del día,
voy sembrando mis esperanzas,
pero me alcanza la noche
y se esfuman entre mis manos,
las ilusiones del alba.
Quedó la casa desierta,
mi canto permaneció en silencio,
mis manos quedaron huecas,
porque mis sueños se fueron con ella,
aquella fría madrugada.
- Autor: marco augusto (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de agosto de 2013 a las 15:46
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 106
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Los giros de tus bellos versos son alumbres de esperanza poetica de calidad amigo Marco Augusto
Saludos de afecto y amistad
Críspulo tu amigo
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