ABBA
I
Luces celestiales brillan en el alba,
Una figura majestuosa;
Deslizándose entre las nubes.
II
Cual si fuese un huracán,
Desmorona todo el mal;
Al brahamido de su voz,
Todo se vuelve a crear.
III
Un destello magnificente de su ser,
El frío calma por doquier;
Dejando calor a su paso,
Llegando a sentir que vuelves a nacer
IV
Legados de amor, promesas de perdón,
Con él todo lo puedes;
¿Quién será capaz de detenerte?
V
Aún que la indómita humanidad,
Lo trata de negar;
Basta ver a tu alrededor,
Para llenarte de su bondad.
VI
Constelaciones, planetas;
Montañas y mares,
Todo el universo proyecta,
Su docta congruencia.
VII
El tiempo es corto, la vida insignificante,
La inmortalidad será el único camino;
Para abarcar todo lo divino.
VIII
Vivid siempre salvo,
Esperad ansioso la muerte;
Para estar con él, frente a frente,
Y por la eternidad siempre complacerle.
- Autor: Jorge A. Rivera (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de agosto de 2013 a las 03:00
- Comentario del autor sobre el poema: este poema lo escribí mientras estudiaba para sacerdote en el seminario Juan Pablo II de la ciudad de Milagro, Guayas-Ecuador
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 1509
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
La lectura de tus versos religiosos siembran belleza en el alma de los poetas amigo Jorge A. Rivera
Saludos de afecto y amistad
Críspulo
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