Te propongo, acariciar el delicioso fruto del cerezo, y el crepúsculo lánguido del deseo herido..
Caminemos de la mano al unísono, de ese modo, podré ser cántaro y tu la lluvia.. Tú serás el cielo, y yo el infinito de tus besos..
No está en mi deseo, el seguir navegando más tiempo, embarcado en el velero de las curiosidades errantes, ni tampoco, sumergirme en la sombra de la pálida luna!!
Te fuiste cuando te quería, y me amabas cuando te fuiste...
¡Qué paso sirena del viento?
Qué nube extraña cruzó la tormenta?
¿En que puerto me quedé sin amarre?
¿Dónde se quedó anclado tu velero al pensar que la tormenta sería eterna?
- Autor: emiliodom ( Offline)
- Publicado: 24 de agosto de 2013 a las 03:25
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 59
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
La genial fuerza de la buena prosa asoma en tu bello poema amigo Emiliodom
Saludos de afecto y amistad
Críspulo tu fiel amigo
Hola Críspulo: Gracias por tu comentario. Procuro al igual que todos los amantes del arte, intentar hacer las cosas del mejor modo posible.
Te diré que puedes dirigirte a mi con mi nombre.
Un saludo
Emilio
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