FUERA DE CONTEXTO

Andando toda la mañana, de un lado al otro, intentando estirar el piso, (lo que no consigo), busca manera de tener las cosas más o menos en orden. Parezco mi gatita cuando para acostarse al sol daba vueltas sobre sí misma e quedaba como había empezado.

Casi ya conozco todos los pisos que se alquilan. Y no sé cómo han dado permiso para que fueran habitados. Unos no tienen sitio para guardar un cubo, fregona, aspirador, poner la plancha, guardar zapatos, los dormitorios cabe una triste cama e dos mesitas de noche, nada más. No tienen sitio para poner la ropa a secar, la lavadora está en la cocina. Estoy acampada, sin camping, un edificio que se intitula de “lujo”. Cuanta cosa se ha permitido hacer sin respecto por quien paga. Todos los días salen leyes que dan risa. Una ambulancia fue multada por no tener el aviso “es prohibido fumar, la multa va de ¡2.500,00 euros hasta 10.000! Las bicis fueran equiparadas a coches, resulta que si el semáforo queda rojo ellas ¡van por la acera! Los peatones que se cuiden, si no son atropellados. Las autopistas están quedando aisladas por paredes, unas blancas y azul, otro trozo marrón, otro blanco transparente, hecho de menos cuando miraba el paisaje y claro las están manchando todos con grafitis. Parece que estamos en un barrio de naífs. Horrible. Da un aspecto sucio e desmazalado. En la ciudad antigua e bella que era Oporto, quitaran la maravilla de  la calzada portuguesa e punieron hormigón e asfalto. Las pocas terrazas de las cafeterías por la noche con sus toldes están sin luz. Hoy solo existen sitios donde se junta la juventud para se emborracharen hasta algunos entraren en coma alcoolica,  mismo aun mui jóvenes, algunos no pasan de catorce años.

Rasgaran el vientre de la ciudad para poner el metro, como era la avenida de la libertad y  como ha quedado, da lástima.

Así, vivir con gusto, salir a pasear, no da  ganas. Todo estropeado, en nombre del progreso.

Yo que por suerte, ya he vivido bastante, me pone mui enfadada esta falta de sabiduría de estos nuevos doctorados, que no saben nada.

Pienso que vivir en una aldea, sería mejor, donde se mezcla la naturaleza, con las casas, donde no hiere la vista tanta falta de gusto, tanta insensibilidad, de lo que se debe hacer.

¿Que veo por  el balcón? Traseras sucias mal amañadas, ropa entendida colgada, en todos los balcones, un enorme   tejado de zinc, de un pabellón que  el ruido salido de dentro no deja descansar a nadie desde las ocho de la mañana hasta las doce de la noche. Desde música loca hasta deportes.

Así en esta mezcla de locura, donde el sano está enfermo, el enfermo sano, tengo que vivir.

Gobernantes, que no lo son, justicia  injusta, pan crudo que comemos, pues si lo dejan cocer no tiene el peso que debe.

Un borracho, tuvo un accidente, pues el juez lo ha absuelto ¡porque bebía por el stress del trabajo! ¡En qué mundo estamos? En el mismo que siempre estuvimos, pero  se cambia el tiempo, se cambia la voluntad, por infelicidad para peor.

Un descanso en mi andar de un lado para otro, vine desahogar sin tener contestación lo que me  va en el alma.

No será mui proprio poner esto en sitios de poesía, pero  ella también tiene algo de triste y  mal trato, a empezar por mí.

Una música bella con piano, voy a poner y relajar un poco, pues ni en mi casa tengo paz de espirito, porque no me dejan.

Así es la vida descompensada de quien mira con realidad su entorno.

Porto22 de Agosto de 2013

Carminha Nieves