Dar el alma, el corazón es lo más natural cuando uno ama.
Una se entrega por completo, integra, amando incondicionalmente.
Así se ama a un hijo, sin pedir nada a cambio(por lo menos mientras que son pequeños) .
A medida que transcurre el tiempo a una le gustaría ver parte de los frutos de aquel arbolito, ese arbolito que empezó siendo semilla y al que poco a poco se fue regando con amor, ternura, cariño, cuidados y muchas otras cosas más.
Muchas veces una se esfuerza y pone todo de su ser para que progresen, desarrollen y crezcan de la mejor forma posible.
Nos aferramos a la fe y a la esperanza que estamos haciendo lo correcto pero, todos sabemos que los hijos no vienen con un libro de instrucciones que nos enseña y nos explica cómo funcionan.
En varias ocasiones nos quedamos sin saber que decir o hacer,
en una penumbra de la cual no sabemos cómo salir.
Es ese el momento en el cual nos detenemos, miramos al cielo y pedimos ayuda:
D-os,
concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar,
el valor para cambiar las cosas que si puedo cambiar
y la sabiduría para conocer la diferencia.
(Reinhold Niebuhr 1943)
seguramente tu piensas igual??
© Reservados todos los derechos de autor conforme a la ley vigente
- Autor: Laura Uzner (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de agosto de 2013 a las 10:51
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 72
- Usuarios favoritos de este poema: matteo, El Hombre de la Rosa, soki
Comentarios2
Los hijos son siempre la esperanza de nuestrio existir... estimada poetisa y amiga Laura Uzner.
Bello poema.
Saludos de afecto y amistad
Es verdad.tenemos la esperanza que aprenden lo que queremos que aprendan...
Saludos de amistad
Bella forma de escribir reflexión hermosa....un saludo.
Gracias por visitar mi pagina.
me alegra que le haya gustado.
Saludos
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.