A ILLiric Montaña no le llenan las promesas,
viaja dos ríos y una estación del horizonte
contando domingos.
La casualidad proyecta en ella espacios de luz,
le llueve como la claridad del día
anegando su necesidad.
No le queda tiempo de hacerse invisible
cuando sus entrañas se pegan
a los litorales del hambre
y la deja sin aliento antes de enturbiar el plato,
solo huele el barro triste y olvidado
de sus penas.
Su fabula fue dicha con un trozo de lengua
arrancando pedazos de vida.
ILLiric aún vive para ajusticiar las falencias
enjundiosas del destino,
revisa sus causas bajo romántica luna
y luego brilla un sol de místicos ancestros.
Una deprecación acompaña sus pasos
donde el futuro es un desiderátum de la sangre,
un empíreo de su pueblo
expuesto a la intemperie de cualquier desprecio
que monstruosamente siempre llega corroyendo
trascendentales historias.
Asi es Illiric Montaña,
un torrente de emociones,
un maravilloso gesto poético
dibujado en el murmullo del viento
con interminables secretos,
desolación e incertidumbre.
Desde que la supe, quedé atrapado
en cada uno de sus poros
viviendo esas majestuosas huellas,
sufriendo cada destino moreno.
Ja! Illiric, soy quien canta tu historia,
quien te sufre, te admira y llora
cuando sueles saltar montañas
sobre un brazo mestizo de la tarde.
Autor: JUSTO ALDÚ / 2013.
- Autor: JUSTO ALDÚ (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de septiembre de 2013 a las 10:06
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 32
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