Hay una encrucijada sonando en el viento del invierno,
gotean las ramas muertas
en un lienzo blanco,
los nidos atestiguan desde bunkers ,
conformes a un designio propio
heredado de las razones incomprensibles,
se siente una preocupante manta
propia de una refutación cálida,
¡oh cruel designio! , te estampas en los caminos,
te posas como el dueño de la silla principal
en las murallas demacradas de los indefensos terruños…
¡oh cruel designio! hay una marcha de sandalias
errando escaleras de arcillas,
te corrompes a la ignorancia,
tú que lo tienes todo, hasta las lágrimas del pobre
que depravas con el viento las ruinas,
tajante es la hojilla que borra bosques,
ahí está tu mano congelando la sangre del ser humano,
hay manos que no palpan, hay mentes que no lloran
el atavío harapiento de un niño en su choza,
hay piel sin tacto, hay ojos ineptos, hay corazones que no lloran
las ollas de una familia en su choza…
¡oh designio! engendras la lluvia de los cañadas,
tijeras cortando cartones y techos de nidos,
vi una hoguera consumiendo vivos,
desoladas las arcas de la víspera…
¡oh cruel designio! Tus pasos no van en vano,
eliges las formas,
buscas obedientes,
y robas la billetera añeja de los ancianos,
tejes gran parte del edredón de los caminos
y las lágrimas se enlazan acordonando tus zapatos en el lodo,
valiente lluvia, casual de llanto,
camuflas lamentos con piedras y palos
hasta la calma de un paisaje asolador,
como si pensaras que el dulce premia la tragedia,
tú que tienes a los ciegos, como puedes pensar en bolas de humo
¡tú, mísera! Regala tus dotes tranquilos al arrullo de una familia …
- Autor: amnesiacdaniel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de septiembre de 2013 a las 14:43
- Categoría: Triste
- Lecturas: 47
- Usuarios favoritos de este poema: joaquin Méndez
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