Cuando los dos nos miramos, se nos ilumina el día,
por eso nuestras miradas, se desbordan de alegría.
Así cuando nos besamos, sentimos tanta dulzura
que nos embriaga, tan suave, como la miel dulce y pura.
Y en cada abrazo logramos, que nuestros cuerpos se fundan
en una pieza gigante, en que a los dos nos confundan.
Nos confundan con la pieza, que representa el amor,
que posee su valía y posee su esplendor.
El esplendor que nos llega, a nuestro querido nido,
pues de una preciosa estrella, los rayitos han salido.
Han salido a iluminar, este amor que disfrutamos
con ternura y con pasión, cada vez que nos amamos.
Porque cuando cerca estamos, nuestros cuerpos confundimos
en esa entrega amorosa, que juntitos compartimos.
Por eso al encontrarnos, frente a frente, así nació
este amor, tan espontáneo, que la virgen concedió
Vero
- Autor: Vero (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de septiembre de 2013 a las 19:42
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 46
- Usuarios favoritos de este poema: joaquin Méndez
Comentarios1
bien vero, hermoso
muy tierno.
feliciatciones amiga
.
te envio un abrazo fraterno
Gracias amiga por tu comentario.
Otro abrazo fraterno para ti
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