Soy un extraño en esta ciudad
Tan solo acompañado por un sentimiento de soledad
Mientras me pierdo por los rincones mas oscuros de este frío lugar.
Y allí estabas tu,
reflejada en el rostro de ella...
Tu misma sonrisa,
tu mismo acento
No pude sucumbir a la tentación cuando me invito a su habitación.
Cogió mi dinero,
puso la radio
y sonó esa infernal canción
Que tu también amabas
y que yo tanto detestaba.
Pero me dio igual…
Se quitó los zapatos
Y su pie desnudo era exactamente como el tuyo...
Acabo de desvestirse
y su cuerpo me recordó al tuyo.
Nos tumbamos abrazados en la cama...
Ella pregunto:
“¿estas preparado cariño?”
Sonreí y recordé que tu nunca tuviste que hacerme esa pregunta.
Su perfume barato
Me recordaba a ti todo el rato.
La noche fue larga
Y ella se entrego en cuerpo y alma.
Tu recuerdo hizo el resto.
Tras acabar me invito a un refresco.
Estuvo bien...
Pero contigo comparada
No fue para nada.
Comentarios1
Cuando amamos a alguien y no está con nosotros, vemos su rostro en otros rostros, olemos su perfume, sus recuerdos nos atrapan sin salida . . . buen poema, saludos!!!
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.