El nuevo gerente saludó uno a uno. Su apretón de manos fue un regio indicio que se conjugó con su mirada fija. “¿Puede ser que hace un par de horas la haya visto volar sobre el lago?”. Mutismo… “Ah, Usted era el hombre que insistía en conversar?”. Con cierta vergüenza esgrimió su verdad: “Disculpe, pensé que era uno más de esos caballeros que alquilan alas para impresionar”. A las 18hs el cadete le entregó a Martina un sobre cerrado. La esquela decía: “Sólo quiero que probemos elevarnos juntos, ¿lo intentamos?”. Y la noche fue soberbia.
- Autor: Meri (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de septiembre de 2013 a las 06:06
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios4
BONITA HISTORIA... Y VOLARON ALTO... MUY ALTO
FELIZ FIN DE SEMANA
ABRAZOS DTB
Tu preciosa genialidad y la bellaza adornan tus sentidas palabras estimada poetisa y amiga María
Saludos de amistad y afecto
Críspulo
Me encanta el relato de ese vuelo dual (“vuelos sublimes”):
Un formato muy original y un estilo enriquecido por el bello diálogo entre los dos personajes de tu historia, y por sus bonitas metáforas;
pero también por su elegante y exquisito desenlace:
“Sólo quiero que probemos elevarnos juntos, ¿lo intentamos? Y la noche fue soberbia”. ¡Wau!
Gracias por ofrecernos esas preciosas imágenes en tus letras.
Meri: Interesante relato que sembrado de encanto, nos acerca a la casualidad, de que existimos en un Mundo de seres desconocidos, en el mismo sitio.
Solo alcanza con levantar la vista, para encontrar otra mirada.
Muchas gracias y buen fin de semana.
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