Véase pues mi existencia
cual si fuera un clavo:
Cuando más golpes recibe
más profundo llega
más perfora la madera
y ésta dócilmente cede.
El martillo, con fuerza bruta
percute hasta el tuétano metálico
haciendo chispas en su embate
y en mi afilada planta
toda fuerza multiplico.
Y aun siendo robusto y duro
mi piel también se oxida
el tiempo me convida
a ser más terco y bruto
y a cumplir mi acometido.
Por: David Caceres
Managua, Nicaragua.
- Autor: David Enrique Gómez Cáceres ( Offline)
- Publicado: 19 de septiembre de 2013 a las 12:19
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 66
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