Santa Rosa tenía más que ofrecer, más paisajes que explorar y la familia de la Pluma Viajera dirigió su ruta donde los árboles crecían en el agua. ¿Cuáles serían las nuevas palabras y los nuevos colores que descubriría en el lugar? Sus pupilas sólo habían conocido los árboles que crecían en la tierra firme, las plantas que se sostenían en las ramas de otros árboles y la gran variedad de cactus que crecían en su cálida región, por lo que unos árboles que mantenían parte de su cuerpo sumergido en el agua era una novedad para ella que no había iniciado el estudio de la botánica.
Aunque el destino final de la excursión era la playa de arena negra en las Lisas, se debía cruzar por el canal artificial de Chiquimulilla, donde en sus orillas podía verse algunos mangles (árboles del agua). Observaba las aves volando o descansando en los árboles mecidos por la brisa, pero una lágrima muy salada bajaba por su mejilla porque escuchaba que estos árboles estaban desapareciendo, por lo que la nueva palabra aprendida sería deforestación (para la pluma viajera eso significaba tristeza), y, el nuevo color de la destrucción sería entonces negro como la playa donde estaba a punto de desembarcar. Guardó su plumín, secó la tinta porque no quería llevarse el recuerdo de una arboleda amenazada…se metió al bravo mar y le pidió que llevará lejos su tristeza… ¡Adiós mangle rojo, mangle negro, mangle blanco!
Mirna Lissett
- Autor: Lissi (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de septiembre de 2013 a las 15:05
- Comentario del autor sobre el poema: la Pluma viajera está casi por finalizar sus aventuras, a un capítulo de guardar el plumín con la esperanza de encontrar nuevas aventuras en su etapa de madurez.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 81
Comentarios1
Bellos relatos LISSI....esperaré el próximo.....un abrazo.
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