"Para la mirada del ser humano pueden desaparecer todo tipo de cosas, pero para la mirada de la memoria pueden permanecer para siempre en ese lugar, de hecho, son eternas para el individuo. Se tala un árbol, incluso, se puede sacar de raíz, pero en su memoria, la memoria del árbol el siempre estará en ese lugar, no descansara hasta encontrar todas sus hojas, una por una las encontrara" (Deglupta Eucalyptus, "RELATOS DE LA MEMORIA", año 1723).
Una tarde nublada, en la ciudad de Antofagasta, observe a un psicólogo llamado Eduardo Pizarro , iba a dejar a sus hijos, los dos en distintos colegios, su hija en un colegio católico que admiten puras mujeres, a su hijo a un colegio, del mismo índole religioso, de solo hombres, su hijo es muy parecido a él, de hecho, estoy casi seguro que será igual que su padre al crecer, ¿Por qué no gemelos hereditarios? Puede ser posible e iguales. Al observar su mirada serena y segura, ojos de color azul, se me hizo fácil saber que es un hombre muy exitoso, sobrevalorado en su disciplina laboral, le molestan las pequeñas cosas, como el viento fuerte que mueve a su maletín cuando va al trabajo, tiene una oficina con sillones negros muy brillosos, como les ha dejado sus zapatos un buen hombre en la plaza central de ciudad. A veces acepta casos de personas que están en procesos penales, es amigo del oficial de investigación de la PDI, él siempre lo recomienda para los casos más complicados, no sé si siempre es efectivo con los casos un tanto complejos, a pesar de todos sus estudios, su efectividad esta en tratar simples casos de depresión.
El día 11 de abril, su gran amigo, le ofreció un caso bastante particular, por su ego fue imposible rechazarlo, se sentía muy seguro de sí mismo, como es de costumbre. El caso consistía en el homicidio del joven Daniel Araya de 22 años de edad, nacido justamente el mismo día del crimen, 11 de abril del año 1993, el acusado es de la misma edad, llamado Karlos Bordones, la descripción de la escena del crimen es " El acusado fue encontrados a las 5 horas con 3 minutos, madrugada, al lado derecho del cuerpo de la víctima, en la ciudad de Antofagasta, específicamente al lado derecho de las Ruinas de Huanchaca, la herida que dio muerte a la víctima fue hecha por un impacto de bala en la zona del corazón, el arma es de marca Colt, calibre 10" el oficial le explico a Eduardo que el caso se complico por la declaración de Karlos Bordones y que sinceramente para él, Karlos no está bien psicológicamente, Eduardo le pide la grabación del acusado al dar su declaración y escucho específicamente esto: " Se desprendió de la nube una fibra de lana, se pinto de café mientras caía, se entrelazo con muchas más fibras, hasta quedar como un hilo que se dividió en dos a unos 5 metros del suelo, como un acto de magia un poco asqueroso y a demás interesante, empezaron a crearse de las fibras del hilo luciérnagas, vi un acto de la naturaleza que pocos han visto, dos luciérnagas que de apoco encendieron su foco, de pronto me di cuenta que habían más hilos que cayeron, en el tercer hilo se cayó una luciérnaga por producto de un gran viento que no pudo filtrar sus tejidos, se reventó exageradamente en el suelo, liberando un pequeño fuego, no, no, no... Más bien como un mantel que empezó avanzar, yo me colocaba en las alturas para estar más seguro, alcanzo a un casino y lo empezó a bordar de a poco, incluso se derritió una publicidad que acaricio el suelo aun encendida el fuego subió un cerro y como una culebra con su cuerpo arrastrándose me conto una historia.
-¿Por qué será que hay personas invalidas? El destino las trae sin alguna extremidad, algunas veces se burla entregando extremidades sin poder moverlas. Yo le respondí respetuosamente a pesar del caos que había causado -Eso pasa porque para que nosotros tengamos, digo nosotros por la humanidad no por ti, no te sientas ofendida, piernas. La serpiente con su particular sonido dijo -Entonces la humanidad no es injusta el mundo lo es. Desaparece uniéndose a la tierra y dejando solo sus escamas como cenizas blancas.
Camine para tocar las cenizas, pero se escucho un grito gigantesco, proveniente del casino y que salió por mi corazón, una sensación un tanto extraña cuando la voz es femenina, seguido sonó de nuevo, ahora la voz de un niño, pero este a demás me dijo entierra la cabeza en el suelo como las avestruces, gírala como un tornillo y quédate en el suelo, deja de volar ave, yo te castigo." Eduardo quedo bastante impresionado con la declaración, que sinceramente parecía más un vomito poético, le dijo a el oficial que lo más probable es que sea una alucinación creada por alguna droga, se le grabo en la memoria al acusado, o simplemente dio una declaración complicada para entretenerte un momento, ahora me entretiene a mí, amigo mío con tres citas, te lo puedo asegurar, término este caso. El oficial rápidamente le entrego una hoja con los horarios que podía visitar al acusado, el lugar a realizarse sería en una sala en la cárcel, ya que estará en prisión preventiva, a Eduardo le pareció bien el lugar, pero le llamo bastante la atención que la hoja de horarios estaba vacía, agito la hoja levemente, levantándola a un ángulo en el que el oficial pudiese ver el papel, le dijo que no entendía porque los horarios estaban sin ninguna anotación, le respondió brevemente, puedes ir en cualquier horario que desees.
Las citas
Un paso tras otro como los martillos avanzaba Eduardo hacia su primer encuentro con Karlos, fastidiado por tratar a este particular caso, su mirada no estaba en la tierra, y desde este alejado punto me doy cuenta que le molesta suficiente salir de su rutina laboral, con esto digo que el caso a tratar para el no es común, le acompleja, se acerco mucho a mi sin percibir mi presencia, entro a la cárcel y de inmediato pidieron su documentación, alzo su cabeza unos centímetros hasta quedar recta y ver a su amigo el oficial, que asintió su cabeza en forma de saludo, le dijo que lo estaba esperando con el acusado listo en la sala de interrogación, el rápidamente sin decir palabra alguna avanzo hacia su compromiso, entro a la habitación cerrando la puerta con delicadeza, con la misma fuerza que ha sellado el sonido en aquel lugar, movió la silla para sentarse en frente del supuesto asesino, lo saludo amigablemente, casi neutral, como una persona fría saluda sus parientes, de inmediato le pregunto sobre lo que paso el día del mortal suceso, Karlos en seguida respondió a su pregunta, diciendo exactamente lo mismo, las mismas pausas, los mismo respiros , el mismo tono de voz que escucho en la grabación, sorprendido por su capacidad de memorización, se cuestiono todo, le pregunto sobre ciertos símbolos que le pueden ayudar a descifrar este laberinto lingüístico, ¿Quien es la serpiente?¿Que significa para ti? Karlos en completo silencio lo miro, siguió preguntándole, sobre casi todo, la mujer, el niño, las avestruces, las luciérnagas, los hilos, el disparo y hasta la vuelta del tornillo, no consiguió respuesta alguna , solo miradas petrificantes, que a cualquier persona no acostumbra a tratar con gente como esta, lo hubieran enloquecido. Termino su primera cita, sin nada, sin nada, mas salir de esta le causo placer, llegar a su casa, abrazar a sus hijos y acostarse con su esposa, esperar sonámbulo las siete de la mañana.
La segunda cita
A las 5 horas de la tarde, un día miércoles, Eduardo llego a la prisión con una camisa manga cortas, ya que el sol no paraba de brillar, hacía mucho calor, cada cinco minutos aproximadamente el tendía a mover el cuello de su camisa para refrescarse, siguió todo el procedimiento rutinario de la cárcel, entro a la sala y de inmediato se le erizo la piel por el frío que logro percibir al instante, le pregunto a Karlos, específicamente lo mismo de la vez anterior , nada cambio en ese instante, decepcionado por tener la misma suerte de la vez pasada, salió de la habitación, espero aproximadamente 10 minutos para que un guardia escoltara a el acusado a su celda, nadie llego, decidió dejar a Karlos encerrado en la habitación para dirigirse a su casa, primera vez que Eduardo sintió que el camino a la salida de la cárcel era recto y eterno, pensó demasiado en las únicas dos cosas que le respondía y la exactitud con la vez anterior, además pensó en una técnica que el consideraba que es muy peligrosa, el psicoanálisis, dijo que él no quería llegar a esto, un poco alarmado se dio cuenta que estaba afuera de la cárcel, un viento le agacho la mirada, sin parpadear se inclino para recoger una carta que tenia escrito "Deja mis recuerdos en donde pertenecen, el no es un enfermo" y al reverso "Si tú te llevas mis recuerdos, yo me llevare los tuyos" Creo que Eduardo en un comienzo, por su rostro asustadizo, lo tomo como una gran amenaza, pero por otro lado, no paso mucho tiempo para esto, su cara se torno satisfecha, aliviada, ya que esta podía ser la clave para descifrar el enigma.
Ultima cita
Eduardo, yo sé lo que tú piensas en este momento, entiendo con solo ver tu mirada desafiante tus intenciones agresivas, tu paz y tranquilidad aparentes se esfumaron como mi cordura, tu paso de martillo ahora parece más bien como el de un taladro rompiendo el asfalto, desafiando al león alfa en su manada, lo que no entiendes es que yo soy un león nómada, me traslado y me traslado, muchas mandas poseo, en muchas mando, muchas mentes y desesperaciones, ansias de libertad restringidas. Entró a la cárcel, en esta ocasión se salto el conducto regular, no entrego documentos, no saludo a nadie, no les importo a los guaridas que se susurraban unos a otros, el oficial, su amigo, lideraba el cuchicheo macabro de mis desnutridas constelaciones, cerro bruscamente la puerta y se dirigió muy agresivo al acusado, le dijo yo se que lo mataste, deja de mentirme, deja de actuar, conmigo eso ya no sirve, Karlos respondió la cárcel esta triste y me pone triste, exaltado y rápido respondió Eduardo, deja esas palabras complicadas, metafóricas e inentendibles, este es momento de hablar con la verdad, se quedo mirando desafiante a mi recuerdo, no lo tolero, creo que yo lo empuje hacia él, tanto como Karlos y Eduardo se asustaron , el psicólogo salto hacia la puerta, intento abrirla, casi tan rápido como un gato escaparía del peligro hacia el tejado, a Karlos lo traigo inmediatamente conmigo, lo uno a piel de muralla desgastada por el tiempo y el sudor, se que comunicarme no puedo, hablarlo no puedo, escribirlo debo, borde con mi rabia cada uno de los dientes de Karlos, cayeron los dientes como papel a los pies de él, les bordee mensajes, Eduardo leyó " Tanto tu como el son míos", el segundo diente, " Yo no amo a nadie, nadie me ama a mí, pero es fácil ser un homicida cuando te exprimen el corazón", en un colmillo, " ¿Tú ya sabes quién es el asesino? ¡Fuiste tú!" En un proceso de desesperación alocada, demente, inconsciente, lo ahogue, lo hice dormir en mis aguas estancadas por el viento, desde completamente todo el techo, como una cascada, cayeron mis gotas inundando a Eduardo.
Karlos, es momento de despertar ¿Quieres que te muestre la grabación del psicoanálisis? me respondió, no por favor, solo dígame que yo no he matado a mi amigo, no me quedo más que decir la verdad, tu lo has hecho, pero yo te he ayudado, ahora los dos volvemos a ser recuerdos presentes de esta irritable y triste cárcel, estamos completos.
" Ningún recuerdo se me escapara" (Cárcel, todos sus días)
- Autor: srakkin ( Offline)
- Publicado: 20 de septiembre de 2013 a las 18:34
- Comentario del autor sobre el poema: No es un poema.
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 72
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Es un relato en prosa literaria amigo Srakkin... tiene sque pulir un poco las palabras malsonantes escogiendo metaforas más adaptadas al texto que quieres exponer... el ordenador te puede corregir las faltas de ortografia que no veo por ninguna parte... me parece bien escrito todo lo demás.
Salkudos y amistad de Críspulo
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