Lo que todos llaman gloria.

En tiempos de dudas te sostienes en la nada desesperando y anhelando las respuestas que de alguna manera amortiguan la caída, pero si el mundo fuera perfecto tal vez no tendría sentido existir, no tiene caso vivir solo para estar quietos.

En ocasiones, si pudiera caminaría en el abismo para saber si hay un centro en el cual no exista lo complejo, me detengo para seguir en el camino lleno de complicaciones, llegar al final de este, sentir que realmente valió la pena y no querer regresar ni siquiera por comodidad; Porque un camino esta construido de piedras que me lastiman a cada paso, tropiezo sin darme cuenta lo que voy olvidando, el tiempo se vuelve nada y cuando menos lo esperas te encuentras en la cima donde observas un mundo que ya era imperfecto.

Estando justo en lo más alto deseo llegar al precipicio para sentir que sigo con vida y sin quererlo llego a un abismo muy difícil de escapar. Entiendo que prefiero el camino mas violento para llegar de nuevo ala cima donde ya había un cimiento, el cual había creado para sostenerme y aunque la caída dolerá siempre podré escalar lo que ya había construido.

Es entonces cuando existen tiempos de miedos e incertidumbre que son difícil ignorar pero no imposible de evitar, anhelando llegar ala cima de nuevo, la experiencia es la mejor compañía. Difícil y complicado es emprender el viaje más no imposible.

En tiempos de frustración, de reclamos, de arrepentimientos me sostengo de una cuerda llena de defectos creada de la carga de todo un pasado que esta muerto. Justo en ese instante comprendo que el mejor momento es cuando voy avanzando para llegar aun mas arriba de lo antes contemplado y en la cima me doy cuenta que este mundo es imperfecto porque se ha quedado quieto.

En tiempos de conformidad,  desequilibrio total, deseando siempre algo mas, me sostengo de ideales para construir nuevos caminos que me acerquen solo un poco a aquello que muchos llaman gloria, pero que muy pocos han podido alcanzar.