Cuantas veces te vi, allá, tras la maraña,
más así, sin tocarte, calmaste sueños,
te sentí tan cerca… y en labios ajenos
que hasta usaron de ti por sus engaños.
Cuantas veces creí alcanzarte…
más volátil,
casi cerca y luego lejos,
me jugabas a evadirte.
Más siempre estuviste en mí,
en mis manos buscando su piel,
en mis ojos buscando sus ojos,
en mis labios que dolidos callaban
lo que decían mis versos, y ahora,
esparcidos quedan ante el muro
que separa la vida de los sueños.
Ahora… ¿de qué me sirves libertad?
¡si ya no hay puerta!
donde el destino las pone,
el tiempo borra de vuelta
y de penitencia impone…
el contar las horas muertas.
Juan Pedro Peña Rodríguez
- Autor: El Creador de Sueños (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de septiembre de 2013 a las 11:09
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 72
- Usuarios favoritos de este poema: Winda, mariarl, andres fernandez ruiz, pame hdez
Comentarios5
Hermoso, cautivaste a mi alma con tus letras
Saludos y bienvenido
Gracias por tan bellas y estimulantes palabras Winda.
Mi atento saludo para ti.
Muy buen poema!
Muchas veces le hacemos esa pregunta a la libertad
Bienvenodo a este espacio
Cierto Félix, incluso nos preguntamos en que medida, el destino y la libertad, están a merced del implacable tiempo...
Gracias por tu bienvenida y por tu amable comentario.
Un saludo.
una buena pregunta niño
ya tienes la respuesta...
un beso
Bueno, digamos que la respuesta navega entre la hipótesis de un destino y la incerteza de ese tiempo que acostumbra a ser rápido en los momentos felices y demasiado lento para olvidar los tristes...
Gracias por tu simpático comentario.
Un beso para ti también mariarl.
pues es cierto pero difícil la respuesta
El final es excelente.
Saludos
Saludos Andrés, muchas gracias por tu comentario.
No siempre hay un porque? quizás tus pasos te lleven a nuevas tierras : saludos
Siempre hay una causa-efecto o lo que es lo mismo "un porqué".
No me cabe duda de que mis pasos me llevan a nuevas tierras cada día "porque" mis ojos persiguen un horizonte y mi alma un sueño...
El día que deje de soñar, posiblemente mis ojos ya no alcancen ese horizonte y mis pasos no hagan más camino en nuevas tierras. Entonces, solo entonces... ya no habrá más "un porqué"
Gracias por tu comentario borealara.
Te saludo.
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