El lago sosegado
que fue nuestro querido
nido
vibra hoy alborotado
en bullicios fogosos:
pueriles voceríos candorosos.
Criaturas inocentes,
de amorosos minutos
frutos,
iluminan lucientes
el hoy de nuestra vida
con su tierna mirada agradecida.
Temor y amor fundidos
en nuestra balbuciente
mente
bullen entretejidos
por su ahora y su mañana:
un devenir que el ciego azar desgrana.
Mas en estos instantes
de alegres y soleados
prados,
gocemos los fragantes
aromas que rezuma
una felicidad que ya se esfuma.
- Autor: Alberto Moll (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de septiembre de 2013 a las 14:21
- Comentario del autor sobre el poema: Por un lado, una evocación de bellos recuerdos de cuando nuestros hijos eran pequeños. Y, por otro, un intento (más o menos acertado) de componer una liras con eco, tipo de estrofa que confieso humildemente que no conocía hasta hace poco.
- Categoría: Familia
- Lecturas: 44
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.