Necesito un refugio que me pueda contener de esta soledad. Necesito un lugar, para escapar del olvido que llega con la partida del real y la compañía del recuerdo que ocupará el vacio, llenándolo de nada, donde antes había todo.
Tómo un vaso con agua, miro al silencio y lo bebo. Por fin me siento vivo en un cuerpo que parece prestado, alquilado… robado. Es un cuerpo que supo ser tuyo, y hoy, no es nada…
“quizás esta noche la vida me lleve en su sepulcro,
me regale a la muerte y se olvide de despedirse.
Quizás esta noche, termine de perder la locura,
y me gane el anhelo de volver a ser un llanto, de nadie.
Quizás, cuando amanezca, todo haya pasado,
y el olvido me haya olvidado… y el recuerdo, me recuerde”
Dejo mi pluma, leo el verso, y conforme lo tiro por la ventana. A los lejos, una mujer de oscuros lentes lo recoge, y también lo lee, y también lo tira, y también me tira…
“y cuando nada quede de mi,
solo el perfume entre los brazos del desprecio,
acabaremos contando el mismo final, en distintos cuentos”
Lemos Maximiliano Daniel.
Todos los derechos reservados.
- Autor: lemos maximiliano ( Offline)
- Publicado: 27 de septiembre de 2013 a las 00:06
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 88
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Las sentidas estrofas brotan al poema de tu genial pluma amigo Lemos
Saludos de amistad de Críspulo
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.