1- ENTRE TÚ Y YO
Entre tú, yo, y la tierra amor, hubo sombras
cuando el sol iluminaba los verdes.
Entre tú y yo, el suelo también prendió luces
mientras el astrp en su naranja siesta menguaba.
Entre nosotros rondaba la óptima naturaleza.
La iridiscencia del nácar
penetraba los costales de la uva y
la vid en nuestras pieles se embebía.
Entre nuestros pechos dos casales pumas
de pupilas amantes se embravecían y
nuestros brazos de tentáculos acunaban su riña.
Entre tú y yo! Amor!
La greba se anegaba repleta de respuestas
al significado del fonema amor sin ataduras.
Cobraban celeste vuelos los pájaros del aire
y todos los besos rojos se corrompían.
El aire traía labios que del alma se rozaban
y el presente veía comisuras entretejidas.
La noche y la mañana eran ecléctica violácea testigo
de una sápida guerra amante que nunca atardecía.
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2- HABRÉ DE MIRAR
Habré de mirar tras el espejo
tus iris vacíos de memoriosa pupila.
Y cada tarde de sol y adobe reconstruirla
con la lejanía del dibujo y tú reflejo.
Antes te encontraba en la vastedad viva
En el confín de las gemelas aristas
En la verde llanura tú marca de pasar,
hay en las tardes ausencia de inútiles aldabas.
Sórdido tumulto de bronces vagos.
Palabras de otro tiempo que al rasgar
suenan a complot de cedros crueles sin sonrisa.
Habré de recordar los mitos que dejaste aplastados
en la mesa rectangular que apoyaban tus manos
y lustrar con bonhomía siempre tus enseres,
o restregar en el jabón con prisa herencia de sábanas
en las gotas de sangre que me legaste.
Tendré que quebrar sus coágulos con mis manos
dejando que el viento se lleve tus clavos
del firmamento de mi camino,
que te está definitivamente perdiendo.
Mirándote como estatua de frágil mármol.
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3- HOJA MÍA PARECES
Hoja de otoño pareces
cuando doblas tu espalda de espiga y
sobre tu vientre danzan en círculo
los labores de la niebla,
batiendo sus plumas de libre gaviota,
frente a tu exacto pecho de ornado nenúfar.
¡Hija del tilo y la pasionaria!
Calmas la mordida de las bestias y
en tus pestañas inicia la violeta su rito de fuego.
Al silencio de tu paso desnudo
el mar en remolino tuerce su ebria ola,
el crujir del agua resuena como badajo...
Latido de caracolas y campanarios.
¡Hoja mía!
Mis ojos de guerra duermen su reposo de espalda y
mis hombros de honra circulan tus ardores.
Con tu doble sonrisa de simultáneo abrazo
y tu labial carne de alga nutres mi sed de redes.
Errante como alada ameba
donde tu piélago de pluma deja su sello
acoplas a mi piel tus sudores.
¡Ah, mí amada en silencio!
Abre tus párpados de amapola
que he venido a dormir bajo su sombra
de parasol y mariposa.
¡Raíz y árbol de tierra mía eres!
Con la espesura de la arcilla edificada,
la humedad llora en su rama de trueno por tu lágrima
y tu... Hoja...
¡Hoja mia!
Destronas la potestad del océano en maremoto
cuando explotas en mis brazos
tus espumas de romántico arrullo.
Hasta mi sombra sabe de tu tendida piel de hoja y
mi amor de papiro escribe a diario
con la sangre rosa de hoja empapelada.
¡Estuario de mis besos!
Pareces el muelle guardián de mis labios en ti coronados.
- Autor: RICARDO ALVAREZ ( Offline)
- Publicado: 27 de septiembre de 2013 a las 00:17
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 57
- Usuarios favoritos de este poema: mariarl, El Hombre de la Rosa
Comentarios2
que verso mas hermoso..... uffff que belleza niño
mamamiaaaa ...besos niño
gracias mariari. besos para vos. ricardo
un abrazo bien apretadizo cariño
hermosas letras suelta tu pluma
Las hermosas estrofas brotan a tus poemas de tu genial pluma amigo Ricardo
Saludos de amistad de Críspulo
siempre agradecido amigo Crispulo. mis saludos de amistad. ricardo
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