Y las gotas de lluvia cayeron sobre él, una suave brisa recorrió todo su cuerpo.
Hacía frío, y sus manos congeladas pedían al cielo, que cumplieran su deseo.
Sigue lloviendo y aquel muchacho llora, a dios le implora, no se rinde y sigue.
Suplica, llora, grita y reclama para que Dios, le haga caso,
ese ser superior ni siquiera baja a darle un abrazo.
La tormenta no cesa, ese muchacho reza.
Aquel hombre mira al cielo y le pide a dios:
¡Dios ayúdame a soltar esta carga que tanto pesa!,
no hubo respuesta, sólo tristeza.
Y al fin se dio por vencido, no sin antes gritar al cielo: ¡Dios te odio!...
El muchacho se quedó sin nada, ni siquiera con algo de fe en el alma.
Un ser sin esperanzas, mucho menos anhelos,
sin ganas de sonreír, ni si quiera ganas de vivir.
Un ser que ya no tiene fe ha caído al suelo.
- Autor: Dreos ( Offline)
- Publicado: 3 de octubre de 2013 a las 10:04
- Comentario del autor sobre el poema: Sólo espero disfruten la lectura, saludos a todos aquellos que se den el tiempo de leer.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 239
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Hermosa la lectura de tu grato poema amigo Dreos
Saludos de amistad españoles
Muchas gracias por leer, también me alegra que le haya gustado mi poema, saludos.
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