Ahora qué fácil, qué dulce,
Encontrarme con tu mirada.
Manantial de gracia envolviendo mis ojos
Lavándolos de delirio a milagro,
De llanto a risa,
De desaire afilado a tiernas caricias.
En las horas de muerte
Cuando tu mirada me esquiva;
Quiero suicidar al tiempo
Y adivinar el sortilegio
Que encanta y martiriza.
Pues te mueves de un sitio a otro
Ignorándome
Volviéndote tan lejana, tan distinta.
Luego vuelves a mirarme
Y, también, te miro nuevamente,
Tan clara, tan limpia.
Me sonríes reconociendo que te amo
Y te envuelves en un silencio,
Taciturna, afligida.
- Autor: santiago calderon ( Offline)
- Publicado: 7 de octubre de 2013 a las 00:28
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 132
- Usuarios favoritos de este poema: Marner, El Hombre de la Rosa, soki, Princesa guerrera
Comentarios2
Grata y preciada la lectura de tu bello poema amigo Santiago Calderón
Saludos de afecto y amistad
Críspulo el poeta de los Versos de la Rosa
Bellas tus letras de hoy. Gracias por compartirlas.
Besos y abrazos, soki
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