UN DÍA, QUE PASÓ

 Entre pasos inciertos al emprender las actividades por la mañana, con una mirada al espejismo de un inseguro horizonte; me empeña la sonrisa al éxito del día.

Un día en el que, el color de las nubes, y el radiante sol entre opaco, manifestaba, entre el correr de los segundos, el clima entre escalofríos pasos. Cuando llegó el último segundo de la tarde, desprendía la mirada que tenía asía el horizonte y vi asía atrás.

Pudiera haber pensado, el que quizá me seguía las huellas; éste arrepintió su caminar, y ahora que miro a muchas personas, que tras de mí vienen, digo: ¡Oh, qué bien!

¿Pensé que solo venia? Ya casi me rendía por tan absurdo pensamiento; mas tomé fuerzas y grité: ¡Vamos corran, aligeren sus pasos, que el tiempo corre!

Al ver que oscurecía, y que el espejismo adjunto y entre el horizonte se perdía, dije: que raro es estar observando el pasar del día y sin poder hacer algo.

Como en un susurro, entre viento y agua algo en mi sentir muy dentro de mí dijo: < ¿No hiciste nada, y esos que detrás de ti vienen qué?

Que hayas dejado un legado, enmarcado en cada paso, es mucho más que mil haciendas con su ganado y millones de bodegas con sus productos.

Otra vez, escuché la voz de mi conciencia y me dijo: ¿Has comprendido estimado y gran amigo? Le dije: ¡Si, claro que sí! Y lloré.

Así terminé mi día, delante de muchos que seguían mi ejemplo, era como huellas trazadas en un camino difícil y climático tiempo; recordando palabras sabias de maestros emprendedores que solían decir:. Mas la gente no lo ve hasta que haya pasado por él.

A todos los que me han leído durante estas doce horas, que les haya surtido hacerlo. Pues cada palabra y letra, son mis huellas en el camino difícil y entre arrebatado clima.

¡Feliz noche y un encuentro feliz con el nuevo amanecer!"