Yo buscaba el camino acertado
pero no lo encontraba.
Muchas veces andaba indeciso
sin saber por dónde
ni a qué lugar iba.
No paré, aunque estaba cansado.
Aunque muchos decían: “¡Qué necio!
Si no sabe el destino, ¿para qué camina?”
Aunque muerto de sed y de hambre,
seguí caminando.
Aunque nada indicaba el final del camino,
seguí caminando.
Enfrentado a mis pies doloridos,
que mostraban sus muchas heridas
requiriéndome a voces descanso.
Porque siempre en mi mente veía
una luz al final del camino
de borrascas y de oscuridades.
Porque siempre pensé que aquel día
que te quedas parado y sin nadie
concluye la vida.
A pesar de lo duro que era,
no perdí la esperanza:
seguí caminando.
A pesar de los miedos y dudas,
no perdí la esperanza:
seguí caminando.
Y de pronto, al final del camino,
surgió tu sonrisa.
- Autor: Rafa Dedi (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de octubre de 2013 a las 15:31
- Categoría: Amor
- Lecturas: 584
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