Lluvia que intermitente
te muestras en la vereda
refrescando el ambiente
y empapando la tierra.
Lluvia que tras la ventana
con tu cortina improvisada
y su blancura inmaculada
se interpone en mi mirada.
Lluvia que en esos días tan grises
tu presencia me oprime el alma
recordando aquellas ilusiones
que fueron de mi vida la meta
y que el tiempo las fue dejando
cual sinfonía incompleta.
Lluvia que en primavera
al posarte en el espacio infinito
despiertas a la madre naturaleza
de su letargo invernal,
abriendo sus pétalos la rosa
y perfumando el aire de azahar.
Lluvia del caluroso estío
que de repente te presentas
transformada en ruidosa tormenta
y que a veces a mi niño despiertas.
Pero la lluvia es como el pan,
para los seres humanos vital,
sin ella no existiría la vida
y el planeta se extinguiría.
Y a pesar de la eterna tristeza
que me produce tu sonora presencia
en esos días grises y en la tormenta,
ven a nosotros siempre con prudencia.
Y mañana detrás de las nubes,
allá arriba en la dorada cumbre
el sol volverá a brillar.
Fina
- Autor: Fina (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de octubre de 2013 a las 16:55
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 83
- Usuarios favoritos de este poema: joaquin Méndez, grabra
Comentarios1
Tu imagen y bellas letras,me llevaron a creer que está lloviendo aquí donde me encuentro Josefina.Me gustó tu hermoso poema.Un abrazo.
Muchas gracias, querida amiga poetisa: Precisamente esa foto de cabecera representa uno de esos días grises, donde a pesar de ello, acudo a la cita que tengo con la madre naturaleza, y ella me premío con la inspiración del poema.
Un abrazo.
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