Cuando en las noches obscuras la luz te deslumbre...
cuando del silencio descubras su música y cantos...
cuando del suspiro transmutes la brisa suave...
cuando de alegría palpite tu pecho llorando...
cuando tu vista se pierda como en vuelo de pájaro...
Es que estás enamorado.
Cuando por las noches sorprendas tus brazos rodeando tus brazos...
cuando te despiertes pidiendo y buscando su vida a tu lado...
cuando hables con ella y ensueñes su voz y su hálito...
cuando inventes futuros castillos de hadas jamás inventados...
cuando amaneciendo confundas presente, futuro y pasado...
Es que estás enamorado.
Cuando cambies cien años de vida por un solo minuto a su lado...
cuando te parezca el tiempo un misterio corto, estrecho y largo,
cuando roce tus manos un divino instante el cielo, inesperado...
cuando tengas un deseo al día, al minuto, al mes y al año...
cuando brille en tu pupila el ansia eterna de un tiempo parado...
Es que estás enamorado.
Cuando vives que no vives, porque vives en la vida esperanzado...
cuando digas que no dices, porque lo dices callando...
cuando descubras tu gesto, mirando, mirando si te está mirando...
cuando persigas su pulso, su ritmo, su habla e imites su canto...
cuando tengas el derecho a vivir, o a morir, en ese estado...
Estarás como yo: enamorado.
(“Dobleazur” – José López)
- Autor: Dobleazur (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de octubre de 2013 a las 07:39
- Comentario del autor sobre el poema: Cuando escuché decir al eminente psiquiatra Dr. Castilla del Pino, que \"el amor es una extraña locura momentánea, que en ocasiones dura toda una vida...\" quise dejar en unos insuficientes, pobres y humildes versos, los sinsabores y las contradicciones que me produce el amor... No sé si lo conseguí.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, JoseRaul
Comentarios1
Generosa y muy preciada la lectura de tu sensacional poema ...
Abrazos de amistad desde Torrelavaga amigo José López
Críspulo
Gracias amigo.
Cuando escribimos es para los demás, tu bien lo sabes, y algo de regusto nos acaricia el alma cuando sabemos que otra persona nos acompañó en el camino acompasando nuestros sentimientos durante unos minutos.
Gracias, amigo.
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