Esta es la historia real
que yo viví esta mañana.
Abandoné la poltrona
cuando sonó la campana
para acercarme a comprar
a un cercano Mercadona,
como va siendo habitual.
Entré en el supermercado
-meto un euro en la ranura
del carrito con premura-.
y comienza mi andadura.
Ahora cojo algo aquí,
después aquello de allí,
luego eso de “hacendado”,
eso verde, eso morado,
para comer o cenar…
Y a la hora de pagar
me atiende una señorita
¡que guapa y qué jovencita!
-¡listos los del Mercadona!-
Con sonrisa angelical
miró el carnet de soslayo,
me espetó: ¡Oh, Donaciano!
¡un nombre muy original!.
Desde que trabajo aquí
nadie he visto con su nombre.
Tengo una curiosidad:
¿en casa le llaman dona?
¿sabe de alguna persona
importante o de renombre
que tenga su nombre igual?.
Yo, me apuré, la verdad,
y mirando a la chiquita,
respondí: además de un periodista,
un fraile de Ciudad Real,
y una persona cabal
que es la que tiene a la vista.
Cuando pueda vuelvo allí,
a ver si la localizo,
pues a causa del hechizo
que produjo sobre mi,
no pude leer la placa
donde su nombre aparece,
a ver si mi amor se aplaca
o el furor desaparece.
O a ponerme otra inyección
de ilusión y de alegría,
que me embargue el corazón
y me dure todo el día.
Desde aquí pido a don Juan
Roig, el dueño de Mercadona
-perdón por la intromisión-
que suba el sueldo a esta “dona”,
que le ponga un pedestal
por su trato tan cordial
y además, lo digo yo,
además, por ser tan mona.
- Autor: donbuendon (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de octubre de 2013 a las 04:46
- Categoría: Humor
- Lecturas: 480
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios4
Hermosa la composición y la lectura de tu formidable poema amigo Donaciano Bueno
Saludos de amistad desde Torrelavega
¡ Que bien sabes pintar lo cotidiano con tu aguda y cromática observación! .Es un don de donbuendon. (¡Que cabrón! ).
Ya sabes, en tono jocoso de amistad. Y es que no puedo resistirme al pareado fácil.
Cuando las cosas te salen del alma, sobra la retórica. Este fue el caso. No es preciso que entre en más detalles (sic)
Un abrazo
Y hablando de cabrón, te adjunto un poema satírico que nunca he publicado titulado:
A un borrico maricón.
La vida se va acabando
y yo me voy consumiendo,
mientras tanto hay quien riendo
del hecho se va mofando.
Ignorante este cabrón.
no se entera el tonto y lerdo
que a mi como a todos los cerdos
les llega su San Antón.
Ya percibo el rintintín
porque San Anton yo he dicho
en lugar de San Martin
que corresponde a este bicho.
Discúlpenme la expresión,
si en vez de escribir cabrón
hubiera escrito cabrito,
pues la segunda acepción
que merece este borrico,
soplapollas, maricón
hubiera rimado en pito
y se presta a confusión.
Aunque también les repito
iría como anillo al dedo
llamar al cabrón, mamón
y hacerle el signo del pedo.
No es una equivocación
pues dedo repetir no debo
y no encontré otra solución
para rimar este verso.
Y aquí les pido perdón
por soez vocabulario,
términos sin excepción
que están en el diccionario.
Las cosas son como son.
"Borrico maricón" es un término que define, de una forma desenfadada y jocosa pero siempre respetuosa, a aquellos, generalmente jóvenes que, en su inconsciencia, se regodean de las personas que van cumpliendo años, sin pararse a pensar que ellos, más pronto que tarde, pasarán a ser posibles sujetos de estas mismas burlas.
Es muy buena tu poesía. Suelo ocurrir, es verdad, las cajeras tienen ese "qué se yo, ¿viste?" como dice el tango.
Un abrazo y felicitaciones por tu inspiración.
Ruben.
Gracias por haberte tomado la molestia de leerlo. ¿Viste como de ilusión también se vive? Sólo es cuestión de proponérselo y un poco de imaginación.
Un abrazo
Gracias por haberte tomado la molestia de leerlo. ¿Viste como de ilusión también se vive? Sólo es cuestión de proponérselo y un poco de imaginación.
Un abrazo
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