Un poema para cerrar los ojos

Pedro Verlaine

Hablar de mi enfermedad es hablar de la locura

que al fin y al cabo no es más que padecer demasiada lucidez

demasiada conciencia respecto a esta falta de sentido

porque todo es insignificante.

 

Cuando acabe de escribir no volveré a escribir más.

 

Qué horror.

El sol me besa la cara

y yo todo lo que quiero es dormir por más de dieciocho mil siglos

sin que nadie me despierte

en una cabañita sucia

alejada a las afueras de este país que tanto amo y aborrezco.

 

Siento que algo me castiga

siento que algo me abraza

como un niño abraza a un animalito que está a punto de morirse

y veo en mí una cueva en la que chillan toda clase de pájaros cuando pienso

porque pensar ya es de locos

de gente que no para de lanzarse al abismo.

 

Yo no veo lo bello de la vida.

Todo el que diga que la vida es bella lo dice por arrogancia

por desplante

por figurada asunción

que no puede sino terminar en castigo:

la esperanza es un castigo.

Aquí os dejo mi odio:

psiquiatras

farsantes

jípster

sábelo todos

y especialmente tú

redentora y suntuosa

iglesia

de la que fui expulsado

por elegir el culo de otro hombre

en vez del hueco por el que me asomaron

como si no supieran de la pureza del sexo

de la importancia de ese orificio para el futuro del hombre.

Oh, castísimos varones,

el pene y la vagina son artilugios pretenciosos

el solo culo basta.

 

 

Odio

Rabia

Amargura

Desesperación

Dolor

Dolor

Dolor

Dolor.

 

Nada me satisface.

 

Cuando acabe de escribir no volveré a escribir más.

 

He de asomarme al espejo,

a los ojos del traidor que mora bajo esos ojos.

Estoy matando sin querer a todos los que quiero

no puedo evitarlo.

 

Lorazepam.

Mi desarrollo. Mi vida

en hojitas de papel a las afueras de un templo en llamas.

 

Cuando acabe de escribir no volveré a escribir más.

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Comentarios +

Comentarios2

  • El Hombre de la Rosa

    Lindas son las letras de tu poema amigo Pedro Verlaine
    Un saludo de afecto y amitad
    Críspulo poeta y amigo

  • rep

    Te extraño mucho mi hermano sin sangre, gran poeta de los féretros. Ojalá tu agobiada alma haya encontrado la paz que buscaste desde que naciste. Te quiero mucho.



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