BAJO LA SOMBRA DE LA BUGAMBILIA III

Lissi

...El carruaje se detuvo hasta el final del pueblo donde había una sola casa.  En los alrededores no se veía nada, Elena pensó que era por la noche obscura.  Alumbrados por la lámpara de gas entraron a la casa en total silencio, fueron recibidos únicamente por media docena de gatos que deambulaban por el corredor; esto dio un poco de miedo a Elena quien se sorprendió mucho al verse rodeada por tantos felinos que se frotaban contra su vestido blanco.

 

La puerta del dormitorio estaba cerrada con un enorme candado, en el recinto se veían dos catres de cuero, una mesa con una jarra blanca y en la pared la imagen de un Cristo negro.  La estancia tenía aroma a romero, señal de que había sido aseada durante el día para recibir a sus ocupantes.  Afuera no se escuchaba ruido alguno, por lo que Elena imaginó que nadie más había cerca,  luego de varias horas un hondo suspiro llenó el lugar mientras la lámpara se consumía.

 

El canto del gallo despertó a Elena quien se encontraba sola en la habitación,  Emilio ya se encontraba en el corral supervisando el ordeño y en el patio el cacareo de las gallinas anunciaba el comienzo del día.  Ella, se apresuró a vestirse porque recordó su maceta con la bugambilia, debía plantarse de inmediato de lo contrario se marchitaría al igual que empezaba a marchitarse aquel recuerdo…

 

-¡Buenos días!- dijo Emilio al sorprenderla arrodillada en el patio colocando la planta en el hoyo que había hecho con una barreta de hierro que encontró en un cuarto obscuro al final del terreno. ¡Buenos días don Emilio!-respondió Elena- sin levantar la vista, se hallaba concentrada en cubrir las raíces de la planta para humedecerla luego y evitar que ésta perdiera vitalidad.

 

Una vez terminó de trasplantar su pequeño arbusto, se dispuso ir a la cocina para preparar los alimentos, ya los gatos estaban en la puerta con intenciones de untarse los bigotes con algún manjar.  Emilio los acarició uno a uno indicándole a Elena que en la alacena había mantequilla fresca para que los mininos tomaran su ración y les permitieran desayunar tranquilos al calor del fogón que ya estaba prendido desde muy temprano y donde hervía el café endulzado con el dulce de panela...

 

Continúa

  • Autor: Lissi (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 24 de octubre de 2013 a las 12:44
  • Comentario del autor sobre el poema: Elena ha comenzado una nueva vida, ¿qué le deparará el destino en el pueblo de La fortuna? Acompáñenme a seguir sus pasos
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 71
  • Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, mariarl, ADOLFO CESAR MARCELLO, Diluz
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Comentarios4

  • El Hombre de la Rosa

    Encantadora la lectura de su preciada prosa estimada compañera y amiga Lissi
    Recibe mi amistad
    Críspulo el de la Rosa

  • Dexter UK

    Interesante cuento
    creo que me estoy perdiendo el inicio

  • Lissi

    bueno, acá se encuentran los 2 capítulos anteriores y con gusto los comparto. Gracias por tu paso por acá.

  • Diluz

    Sigo con mucho interés tu novela, Lissi, y aún hasta puedo visualizar cada lugar como si estuviera presente, pues tu historia dibuja con gran conocimiento cada rincón del espacio que nos presentas y a mi a la vez tanto me recuerda un hogar en el campo que me es muy familiar.
    Las iré guardando para luego poderla leer de corrido, con esa avidez que desde niña no he perdido.
    Un beso grande.
    Diluz

    • Lissi

      mi amiga, le voy pidiendo a la musa de mi inspiración que no se me esconda y pueda recrear al día siguiente otra historia más en la vida de Elena.
      Un abrazo

      • Diluz

        Lograrás una bella novela Lissi, confía en tu pluma y el alma que la sustenta.
        besos



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