Abriré mi corazón solo por un momento... Después... lo sellaré hasta que esté muerto.

Abriré mi corazón solo por un momento... Después... lo sellaré hasta que esté muerto. 

(Para: de: Black Lyon.)

Escudriñé en mis vetustos cajones, y encuentro, detalles de nuestro pasado idilio. Ahora, tiempo después, aquello que pensé temer, se ha tornado una sonrisa fortuita. No puedo dejar a un lado el sincretismo de nuestra antigua relación. Los recuerdos, que ahora con madurez, puedo saborear; ¡por astringentes que sean! Serán los mejores de mi vida amorosa. Sí, es verdad, no habrá JAMAS mujer como tú. Me siento en aquellos días, en esos instantes. Cierro los ojos y sé que, sí los abro, estarás ahí sonriendo por mis locuras. 

Los hipocorísticos no tardan en relucir; aquellos predominantes, en un amor tan especial; que recuerdo, siempre llegué atesorar. Parecía que todo sería eterno y lo fugaz nos causaba risa. Las noches que acampamos, viendo las estrellas, se fueron con la brisa, pero, no se fueron de mi hermética razón. ¿Quién diría? ¡Solo tú! ¡Benévola luz! Radiante en mis gélidos suplicios, menesteres de niños, una infancia precoz, que marcó ahora mi experto corazón.

Todo mi mundo eras tú, y sé que, en su tiempo lo fui para tí. Juramos no separarnos, más por irónica que luzca esa idea, creo yo que, seguimos enamorados. Ahora me extrañas, me necesitas de verdad. Y ahora, yo comprendo tus inquietudes, razones, comportamientos y forma de amar. ¿Dirán que el tiempo es injusto? Discrepo. Mi añoranza se torna real, un destino tan vehemente no puede ser imparcial, veo, un futuro, donde tal vez, aquello que juramos en la roca de San Jerónimo, pueda ser más que subjetividad. 

Ví también un retrato, el único que no ofrendé como holocausto en mi tribulación. También, enfrenté a Dios, guardé en secreto la única llave que me diste, aquella que lúdicamente, cada vez que nos molestábamos, era símbolo lóbrego de ruptura... Aunque, al día siguiente regresábamos; ¡jajajá!

Nostalgia, ¡oh! mi bella nostalgia, jaula de mi propio óbito, empero, mi propia vida. Eres ecléctica, por tí soy como soy, pero solo de una forma mediática. No en su totalidad. Un hermoso catalizador, que detonó el monstruo que todas anhelan, pero ninguna puede poseer. Complejo y siniestro, más como misterioso kráken, aguarda en las turbias aguas del silencio. Somos uno, por eso te sueño, por eso lloraste, por eso estaremos juntos. ¡Tú misma viste! ¡Oh Señor! ¡Como fallé ante mis queridos hermanos! Pero en la gran lucha, tus ojos por fin se llenaron de incertidumbre, y sabías que, el Hombre que era tu caballero, se transformó en tu conquistador total. Caíste a mi merced, pero no quise abusar, no podía lastimarte como lo hiciste, simplemente mi brillo fue más resplandeciente que el tuyo, y tú, caíste de nuevo en el vórtice de la reminiscencia, entre lo bueno y lo malo, la crapulencia y nuestro perfecto "carpe diem." Lo comprendí, triunfé, lo mal interpretaste, por eso, ahora andas como Héctor, en el Estigia. Ciega, entre los muertos. 

¡Sevicia parecen mis letras! Pero no son más que la mímesis de aquello que solo los dos sabemos. ¡Yo no rompo mi promesa contigo! Mi amor aguarda, tengo las armas para conquistarte, pero, esas armas son exorbitantes para tí. Sé, qué, solo con una mirada mía, correrás a mis brazos y lo mejor de todo, qué yo haré lo mismo. Ya no somos beligerantes, somos de nuevo desconocidos. Sí Dios te vuelve a mí, que la promesa se cumpla y nuestras experiencias sean el agua que riega al árbol de la sinceridad. 

Te mencionaría, pero ya lo he hecho, sabes como oculto mis verdaderos sentimientos, entre letras y palabras... Tautologías y sarcasmos. Pero eres la UNICA que de verdad conoce mi corazón.

¿Seguirás siendo mi sol?
Aún tengo tu llave... Corre a mis brazos y recibe pues, el amor que nadie te ha otorgado. ¿Recuerdas ese espacio en blanco que me contaste? Ahora encierra tu significado.

Black Lyon