Cual agua que desciende en la cascada,
y pasa embelleciendo las praderas,
desciende por espaldas y caderas,
tu larga cabellera mi adorada.
Como rayos de sol en la alborada,
que brillan sobre montes y riveras,
brillan también mis ojos si liberas,
tü hermosa cabellera dorada.
Y mientras en mi mano cual manojos
de trigo yacen, como prueba de ello,
tú puedes ver mi amor brillar mis ojos.
Tu ternura produce tal arrojo,
sin dejar de acariciar tus cabellos,
-procedo- a besar tus labios rojos.
- Autor: Manny (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de noviembre de 2013 a las 10:12
- Categoría: Amor
- Lecturas: 166
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, lunademiel80
Comentarios2
Me deja un sabor gratificante la bella lectura de tus letras amigo Hector
Que las meigas de la felicidad y el amor acompañen tu existir...
Críspulo el Hombre de la Rosa.
Pinceladas de amor... hermano. Excelente poema... siempre fina tu pluma, un enorme gusto leer de ella.
Saludos cordiales, que tengas una buena jornada.
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