Para pensar y soñar
y para escribir, poeta,
hay que subirse al altar
y en el mismo profesar
la soledad del asceta.
Y en su mente penetrar
aislandose del mundo,
y hundirse en lo profundo
del alma, y allí esperar
que el sueño sea fecundo.
Y leer, a los poetas leer,
a Machado o Baudelaire,
y de sus fuentes beber,
y escuchar a esos profetas
sin jamás desfallecer.
¡Cómo colmar, soledad,
las horas de tu silencio
para contar lo que pienso
y así saberlo contar
sin echarle mucho incienso!
¡Ojo, evitarás caer
en loas ni complacencias!
Conservarás la inocencia
siempre hasta envejecer
mejorando tu sapiencia.
Y cuando la inspiración
entre por tu celosía,
ponte el himno a la alegría,
lanza un grito de emoción
y un salto da de alegría.
Más si aun así la pedrea,
ni a los dioses invocando,
te ayuda en esta tarea,
vuelve a estrujar la mollera
y a dios con el mazo dando.
- Autor: donbuendon (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de noviembre de 2013 a las 05:14
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Magnífica reflexión amigo mío
bambam
El arte de tu pluma es el alumbre que encanta la lectura de tu poema amigo Donaciano Bueno
Un grato placer ser tu amigo
Críspulo el Hombre de la Rosa
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