Por un jardín pequeñito
corría raudo un caracol,
mientras una mariposa
le animaba con pasión.
¿Donde vas?; caracol loco,
dijo una abeja morena...
mira que si te tropiezas
rompes tu caparazón.
Deja abeja entrometida,
que yo tengo mi razón,
tengo que correr a prisa
pues perdi mi corazón.
Más, ¿que dices bicho loco?;
¿cómo que tu corazón?,
eso no se justifica
con ninguna explicación.
Ahora la mariposa,
que animaba al caracol,
dicele a la abeja aquella
¡Yo tengo su corazón!-,
pues, aunque no lo creas,
soy la dueña de su amor.
- Autor: zirano (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de noviembre de 2013 a las 08:34
- Comentario del autor sobre el poema: En ocasiones hacemos cosas increíbles, si nos anima la persona correcta. El mundo es un pequeño jardín donde somos caracoles tratando de dejar huellas, a veces enamorados de mariposas que pueden ser nuestros sueños, ideales o personas que nos dan felicidad. Por ese amor haremos cosas imposibles; como correr si eres caracol, sólo necesitamos que nos anime aquello que nos enamora y anima. Hallaremos, de igual forma, personas que nos trataran de "aterrizar" mostrándonos el absurdo de nuestra locura o los riesgos que ello implica (perder el caparazón), aguijones de abejas morenas, digo yo. Al final lo importante es no prestar atención a los aguijones de la abeja y correr tras la mariposa que nos anima. Si un día yo fuese la abeja morena de tu vida, querida hija mía, anunciándote los peligros de seguir en pos de tu corazón o el absurdo de tu amor, recuerdame este poema que una vez te regale. TE AMA PAPÁ.
- Categoría: Infantil
- Lecturas: 66
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Una maravilla el soplo genial de tus letras amigo Zirano
Saludos de Críspulo
Gracias mi querido "hombre de la rosa", tus palabras animan.
Mis bendiciones.
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