Todavía puedo sentir el rezo de aquel árbol,
y el canto del gorrión que allí en su copa
alegre construyó su tibio nido.
Aún puedo oler el perfume a seda y algodón,
de las últimas mariposas del verano,
y el tacto de aquella rosa
Que halló colchón en mis manos.
Me enamora el hechizo del otoño,
sus nostálgicas tardes al refugio del hogar,
escuchar el crujido de las hojas
que aplastó traviesa al pasar.
Perderme por las calles armada de paraguas
y sentir el viento posándose en mi piel.
Las tardes de domingo de tertulia en un café,
las mañanas plomizas sin prisas de amanecer.
Me gusta ver los puestos de castañas,
su piel marrón crepitando en el fuego,
Y el brillo de los ojos de los escolares
con su cucurucho caliente y los deberes esperando.
Y recuerdo mi propia infancia
Y lo rápido que han pasado los años,
los sabores, los colores, las tardes forrando libros
y el olor de la tierra mojada y de los pimientos asados.
Me gusta el otoño porque tiene ternura y cariño,
Es la estación de la paz,
la que invita a la reflexión,
Una puerta sin llaves ni cerrojo,
Para que pases sin miedos
la frontera hacia el invierno.
El otoño en la ciudad se viste de tierra y fuego,
Y en el bosque hay una fiesta
con frutos del bosque, musgo y helechos,
te convidan los elfos, verás danzar a las hadas.
- Autor: lore58 ( Offline)
- Publicado: 13 de noviembre de 2013 a las 08:38
- Comentario del autor sobre el poema: Me gusta el otoño y por eso le dedico este poema.
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 101
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Muy bonito poema, me ha hecho revivir tiempos pasados que fueron entrañables y hermosos. Saluditos de Carmen. 🙂
Gracias Carmen, es bello revivir esos años. Un abrazo.
Una maravilla el soplo genial de tus letras amiga Lore58
Saludos de Críspulo
Gracias Crispulo por comentarme y tu fidelidad en mis letras.
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