Debía mirarte antes y
después de las flores compradas.
Debía hacerlo ya que sus ojos eran preguntas
y mis miradas respuestas,
sentando mis raíces,
en los aposentos guiños de tus ojos.
Debía mirarte en la cena de la,
noche y sus velas consumidas,
algunas veces guiado por sus gestos completos,
y otros a escondidas.
No sabría decir si sabría llegar por mi o por ti.
A tu mirada, equivalente a los latidos,
y a la flor que inmune amanece,
sobre el pedestal de tierras perfectas.
Debía mirarte como en el inicio lo hacía,
justamente como aquellos días queridos,
en los cuales pertenecía inmóvil a la tierra,
temblando cuando tu llegabas.
Humberto Velásquez
18-Nov-2013
12:58 a.m.
- Autor: Humberto Velaji (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de noviembre de 2013 a las 04:09
- Categoría: Carta
- Lecturas: 53
- Usuarios favoritos de este poema: Maria Gomiz Luna
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