Iban a la misma basílica que Hemingway. De él ahora sólo les queda el anzuelo en la boca, aunque eso ya lo veréis.
Y también tenían reverso. Pero los encerraron a todos juntos, tanto que ya incapaces de distinguir a quién pertenecía su odio, acabaron por confundirse algunos. Y hay quien dice que procrearon. Y por eso Adriano les construyó un muro.
Los que han muerto ya no crecen en los rincones, se levantan y a veces eligen su camino. Los rayos de luz pasan por mi lado y yo ni siquiera puedo mirarlos porque mis ojos no se quieren abrir. Pensarás que están cerca. Yo también me pregunto por qué aún no me despedí.
Es mi último cigarro. Van a llegar. Con el humo se esparcen mis fragmentos y todavía no he conseguido un círculo. Esto es lo que ocurre cuando los malditos juegan a ser alguacil.
- Autor: Poeta-Maldito1976 ( Offline)
- Publicado: 25 de noviembre de 2013 a las 12:22
- Comentario del autor sobre el poema: Y los malditos
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 18
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Hermosa ha sido la lectura de tu genial poema titulado"El Taumaturgo" amigo Poeta-maldito
Saludos de amistad de Críspulo
Gracias. Ahí sigo...no acabo de dejar de fumar, ja.
Abrazo
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