Cuando nos dejamos
un chorro
de lágrimas
de mis ojos salieron,
pero no lloriqueba por ti,
ni sufría
por la pérdida
de tu querer,
lloraba por mí,
porque
al fin había recuperado
la paz de mi alma.
El espacio que dejaste
de inmediato
lo llené,
con flores de esperanza,
con jazmines
perfumados de aliento,
y
con rosas sin espinas.
Cultivé
un jardín diversificado
de aromas
y
de
variados colores,
adonde mariposas lejanas
llegan
para deshojar los pétalos
de una historia
parecida
a la tuya y la mía
Julio Medina
23 de septiembre del 2013
- Autor: papajumed ( Offline)
- Publicado: 27 de noviembre de 2013 a las 02:16
- Categoría: Triste
- Lecturas: 133
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.