Un suspiro huye de los labios,
Se presume hermoso;
Alma de apasionados recuerdos,
¡Vuela querido verso!
La soledad absorbente,
Me toma de las manos,
Colérica, reprochante,
Siempre alejándonos.
¡Oh mi alma errante!
¿Dónde nos encontramos?
En aquel baraje,
Donde el poético arte;
En ese equipaje,
Que lleva los sentimientos
En su arduo viaje.
Viajeros tímidos,
Acompañantes taimados,
Siempre perdidos,
Pero jamás resignados.
Vuelve el deseo a la vida
O a la muerte,
Ambas de misma calaña
Y belleza fuerte.
Entre la bruma espectral
De un deseo anhelado,
Hay una siniestra catedral,
Donde reza el condenado,
Aquel olvidadizo animal,
Que se vive esperanzado,
De huir a la corte marcial.
Aún inocente es condenado.
¡Oh pobre ser infantil!
Temeroso de su porvenir,
Solitario ha de resistir,
El dolor de cada fusil.
Nadie va al funeral,
De los sueños remendados.
Nadie quiere recordar,
A quien amo sin ser amado.
¡Oh perdónelo cardenal!
No le vaya a condenar,
Vivió sincero, vivió luchando.
Las flores crecen rojas,
Pero no hay féretro,
En el sepulcro de una quimera.
Un cedro pierde hojas,
Se las lleva el viento,
Hasta encontrar quién les quiera.
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Autor:
Héctor Adolfo Campa (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 28 de noviembre de 2013 a las 02:46
- Comentario del autor sobre el poema: La poesía que se fragua con mi mano es el simple reflejo de mi alma que, a falta de una lengua comprensible, se empapa en mis líneas y dice lo que quiere. No es mi intensión escribir el verso triste, yo soy el medio, pero el mensaje, ese no es producto precisamente mío. Gracias por el diálogo con mi sentimiento a través de su lectura.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 72
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Offline)
Comentarios2
Una preciosidad tu gratificante y hermoso poema amigo Hector
Ha sido un placer leerlo
Saludos de amistad de Críspulo
El placer es mío, su visita a mis letras siempre es un honor.
Le mando un saludo y un abrazo, amigo Críspulo.
Está sublime, amiguito... Sin miedo a la existencia, el alma muestra su fuerza y grandiosidad, y está claro que también su alegría, cuando tu mano toma la pluma... Porque de ella sale todo lo que de tu alma emana... Un abrazo
Gracias amigo, la alegría del viene cuando la pupila de "alguien" tropieza con mis versos, ahí es donde se reanima, cuando la resucitan con la charla intima que es la lectura de poesía.
Un saludo y gratificaciones.
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