Simpre es así, prolongado, vasto,:
Que te chorrean las lágrimas y luego sientes que el metal es tuyo, más bien, tan de ti.
las ratas se pasean a tus pies y de pronto las amas, las deseas. Porque la cópula te hizo expulsar lágrimas de oro y no comprendes lo que el oro es;
sigues frecuentando al violador de memorias, al maniatado fugaz. Aún le gritas infinito y no se entera.
Te desmayas en el reflejo de lo que no puede ser real, pero aun así es real...; incomprensible, extasiante, el metal se columpia y empiezas a morir, sin rozar el suelo sanguinolento, sin penar egoísta por las sombras..., Y me apodero de las palabras que tienen que surgir del animal, el hermoso Fauno, para lograr convencer al cielo de que su nombre lo inventamos mientras nos encontramos y perdimos...
Y así quise tocarte y estrujar la nada de tu voz, y no sentir muros en tus ojos de lóbrega pluma. Y no sentir que te perdías en cada asfalto que emite la distancia entre los callados labios...
- Autor: Río Que flota ( Offline)
- Publicado: 28 de noviembre de 2013 a las 15:59
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 26
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Maria Hodunok.
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