LA MUJER QUE AMO

syglesias




Si alguna vez sufres en la noche de desvelos, sin poder pegar los ojos y tus sueños te hacen llorar, sintiendo que nada puede aliviar la sed y la resequedad de tus labios que no sean mis besos, es porque aun existe amor dentro de tu corazón, ese mismo deseado de ayer, pero que hoy me niegas al verme, no queriendo notar mi presencia frente a ti mujer amada, castigando un deseo cautivo que se refleja así no quieras, por tu alma en tus bellos y expresivos ojos glaucos..., syglesias.


La mujer que amo, sabe que la amo, sabe que ella es la razón de mi sonrisa y el despertar del nuevo día, es la simple explicación de mi existencia; amo su sencillez que aleja a todo tipo de complejo, amo el suave movimiento de su cabello, que al ritmo de la brisa no hay nada mas bello, la mujer que amo, es callada y no demuestra lo que siente, pero en su mirada se que es verdadero, se que no me miente, cuando en silencio dice que me quiere.


"LA MUJER QUE AMO"
Le entregue sus versos en el camposanto
un mes de diciembre de un bonito día-
La sigo queriendo aunque no sea Mía
al tocar sus labios, sentí su encanto.


La mujer que amo
dueña de mi corazón y casi
de mi vida
Junto a mi ha estado
en las buenas y en las malas
y todavía la amo
bam


no se puede esconder el amor en los ojos se ve
reflejado yo no lo oculto simplemente trato de no perjudicar al
ser amado este amor no se muere cada vez tiene mas fuerza
mariarl


La mujer que amo, atoó mis pensamientos al desvelo que siento cada noche al no poder conciliar el sueño, recordándola al no lograrla olvidar, por ser ella la razón de mi existir siempre, con una lágrima en mis ojos...syglesias.


el hombre que yo amo esta atado amis sueños ami corazón y ami vida entera jamas podre olvidar lo jamas jamas el es mi noche mi día
mi vida entera


La mujer que amo
Amor, saber que existes, saber que a ti te amo
mataste mis soledades, ahuyentaste mis miedos
encomendaste vida en tu terso vientre
tesoros pariste en las madrugadas
tú mujer que cuando te sientes amada
todo es entrega
en tus ojos inmóviles
vi la falta de caricias, abandono
Mujer amo tu progenie, tu sombra, tus sueños,
aun siendo infiel tu boca, tu mirada,
aun así te amo, pues que he de pensar siendo
un loco, irracional, un desagradecido,
la madre, la mujer que amare
aun en la fría muerte de mis palabras
distante y quebrado en mis suspiros
saber que un día, tal vez mañana
estaré lejos, estando en tus latidos
recibiendo tu lágrima en mi tumba fría
como tu amor, entero, sin mezquindades
aun el mar en bravura, siendo trágico y pálido
quitándome la calma
aun el mar es vida, es muerte
una espada eres mujer de doble filo
una cortante e incisiva estocada
siendo fuego y engaño de día
luna a mis nostalgias, en las noches de hipocresías.
Darío Ernesto Muñoz Sosa: Autor
Argentina

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