Por nada cambiará mi corazón,
el abrigo y amparo de tu cielo,
el sustento producto de tu suelo,
tus ciudades tu gente y tradición.
Reposa sobre ti la bendición,
del brazo que te guarda y da consuelo,
el brazo que fortaleció el celo,
valor y la pujanza en Calderón.
Hoy se me agiganta el pecho al verte,
airosa majestuosa y soberana,
consagrada en tu emblema tricolor.
Y cuando su horizonte desconcierte,
temporales de amenaza tirana
levanta el pendón triunfal Oh Señor.
- Autor: Manny (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de diciembre de 2013 a las 23:58
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 96
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Cuan gratificante y hermosas son tus geniales letras amigo Hector
Muy grata su bella lectura...
Saludos de Críspulo...
Hermosa lectura amigo Héctor, me gustó leerte de nuevo.
Un saludo.
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