Abrace a Isabella con los ojos cerrados. Sentía que en un soplo de aire la vida volvía a mí y me liberaba de mis desdichas.
Aspire el aroma de su piel, de sus cabellos, como un náufrago que ha caído al mar y por algún milagro es rescatado, lo aspire en profundidad, sentí su aroma dulzón entrando en mí, sus manos en mi espalda apretándome con fuerza...me sentí libre.
No recordaba la última vez que había llorado. No sentí temor ni pena, solo lloré. Lloré con dolor, con la tristeza de haberla dejado ir teniéndola tan cerca, de haber elegido mi soledad a su presencia, de ser siempre este egoísta...
La abrace con tanta fuerza que pensé que mi soledad se iría desplomando...
-No me dejes, Isabella...- Murmuré.
- Autor: miki_ginny ( Offline)
- Publicado: 5 de diciembre de 2013 a las 00:37
- Categoría: Amor
- Lecturas: 65
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Comentarios1
Escribes muy bien! Te felicito. No dejes de hacerlo. Recuerda que, la práctica hace al maestro.
¡Saludos desde Texas!
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