Cada vez que presionas tu rostro contra mi pecho,
se desprende un millar de alfileres fríos,
se abren camino a través de mis pulmones.
Quiero desgarrar tu garganta y quemar tus memorias,
hasta que seas uno con el absoluto eco.
Habrás soñado, con amor, a muñecas decapitadas.
Para ese entonces, ya habrás imaginado como mis manos se posan
alrededor de tu cuerpo astral,
y como la nostalgia se hospeda en nuestras mentes irregulares.
¿Acaso no te das cuenta?
Yo vivo para negarte y nada mas.
Con recelo guardo tu fotografía,
debajo del fósforo omnipotente en mi regazo,
esperando algún día tener la libertad
de actuar a merced de mi cognición.
Mi casta es rareza,
Mundodisco que me agobia.
Esperan que ella viva de mi y yo de ella.
Tu, bella ortiguera.
Yo, siendo sombra de tus alas.
Tú, verde grama fructífera.
Yo, paisaje enigmático.
Tú, cielo crepuscular.
Entonces, yo, auge de la noche.
Tú eres sonrisa en mar de apatía.
Yo soy angustia en sosiego.
Tú eres piel tejida en azul.
Te odio.
- Autor: Eric Benevski (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de diciembre de 2013 a las 01:32
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 70
- Usuarios favoritos de este poema: Mis Sentimientos, El Hombre de la Rosa
Comentarios3
Odias y sin embargo, todo tu poema habla de amor. A veces, para superar a alguien, es mejor comenzar por reconocer cuánto le quisimos. Puede ser tan duro, y tan de idiotas hacerlo, pero a la larga es lo mejor. Muy buen poema.
Una hermosa belleza tu genial poema amigo Hank
Saludos y amistad de Críspulo
He paseado por el paisaje enigmático de tu Poesía y encuentro en ella y en sus aparentes paradigmas, profundidad y certezas.
Y un odio que es puro amor.
Me gustó leerte.
Abrazos, Poeta.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.