Qué pensará la gente, ayer me preguntaba,
cuando en Madrid a la estación del metro yo accedía
y justo en el andén yo me paraba,
y absorto yo veía
a toda una muchedumbre que corría,
subían y subían,
bajaban y bajaban,
y nunca se paraban,
yo a ellos les miraba,
y no me sonreían,
tampoco saludaban,
siempre al frente miraban
¿por qué y en qué pensaban,
o qué es lo que veían?
¡que agobio, qué les pasa, por qué van de esa guisa!
¿por qué aquí toda la gente va deprisa?
Tal era el ajetreo
que de pronto el godne de una puerta se abre y veo
¡qué angustia, qué mareo!
como si fueran de una colmena las enjambres,
se estrujan y se estrujan,
y para hacerse un hueco en el vagón empujan,
pudierase pensar que es mediodía y tienen hambre.
Apresurado
un hombre obeso se mete de rondón sin dar los buenos días,
me mira de reojo
en un intento por apartarme de su lado
¿por qué me observa así, qué pensaría?
por su mueca interpreto que se está acordando de mi tía.
Otrora es un chico cojo con muletas,
después una chavala
ensimismada con una ipad a la nariz pegada,
y un joven con maleta
y con pedales una bicicleta,
carreras de obstáculos en pos de una silla vacía
y sólo, absorto, al fondo un adolescente en su melancolía.
En la próxima estación prometo que me bajo
tomo un poco de aire y me relajo
¡el metro a hacer puñetas!
Del Metro el tren es esa vía
de escape hacia los múltiples destinos,
un correcaminos,
y un laberinto en el que nunca has de liarte
y en el que de antemano deberás conocer donde apearte,
de lo contrarió no te llevará a ninguna parte en tu camino.
El metro es un gusano
que marcando va tu rumbo en sus líneas ufano,
repleto de personas de todos los pelajes,
-siempre el mismo paisaje-,
con seres indigentes,
de zoquetes y otros mucho más inteligentes,
de embaucadores mezclados con señoras y doctores,
de ricos, de plebeyos y villanos.
El metro es insistente
pues viene y va incansable sin pausa asi constantemente,
y horada pensamientos penetrando hasta en las mentes
de todos sus clientes.
El metro es el mundo en todas sus vertientes
y nosotros los usuarios sólo los necesarios sufridos ciudadanos.
- Autor: donbuendon (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de diciembre de 2013 a las 05:19
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 75
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Un preciado y literario relato poético de la locura del metro de Madrid amigo Donaciano Bueno
Saludos de afecto y amistad de Críspulo
Feliz domingo
El metro es igual en todas partes, me parecía que hablabas del Metro de San Pablo o del de Buenos Aires (que son los que conozco y en los que me he auto-sicoanalizado, como tú en el de Madrid, mi amigo apreciado).
Saludos desde América.
Raúl Daniel
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